"Welcome to Ibiza, welcome to the paradise"

Este blog nace con el único objetivo de poder disfrutar con vosotros de un paraíso cercano, la isla pitiusa de Ibiza, oficialmente denominada Eivissa.
Recorreremos algunos de sus rincones y sus magníficas vistas, simplemente, un espectáculo para los sentidos, que gustosamente, nos ofrece esta isla.

miércoles, 5 de enero de 2011

DESCUBRIENDO STA. EULÀRIA (PARTE 2).


Seguimos caminando y descubriendo Sta. Eulària; en la desembocadura del río había amarradas sendas barquitas, lanchas y algún barco pequeño, de los más pudientes. Enfrente, creo que los bares que más me gustaron durante mi estancia; aunque no llegué a entrar, desde fuera invitaban a ello; eran bares "hippies" con sus cortinas y su decoración interior perfecta. Un lujo para los sentidos y para los que adoramos ese mundo espiritual. Me imaginé trabajando allí dentro de unos años y lo cierto es que internamente sonreí, amo Ibiza.
Sentados en unas piedras, descansamos un buen rato, mirando la belleza del paisaje...el horizonte infinito, y a un pequeño grupo de patitos que pasaban nadando cerca de nosotros.
Un grupo de turistas que paseaban por un puente cercano nos alejó de nuestro ensimismamiento; nos levantamos, casi desperezándonos, y seguimos con nuestra caminata particular. Lo cierto es que no teníamos un destino fijo, no conocíamos de aquel pueblo nada más que el nombre y la localización, pero continuamos caminando cruzando el puente y subiendo por lo que parecía un parque o zona verde de descanso.
No se si en verdad lo era, pero a mi me tranquilizaba ver una naturaleza tan salvaje, una naturaleza insular que nada tenía que ver con los pinos o los helechos de los bosques gallegos.
Avistamos una especie de acantilado de un color muy muy cobrizo, podría decirse que la tierra y las rocas eran naranjas. Las vistas eran especiales; no vimos el fin del mundo (como podría ocurrir teóricamente en Fisterra) pero sí nos invadió una especie de melancolía, a mi por lo menos. Me sentía atrapado en aquella isla, de una forma tan profunda que no deseaba escapar, mas era consciente que mis días allí estaban escapándose...pronto tendríamos que decirnos adiós, temporalmente...
Mientras nos sentábamos y dejábamos la mente en blanco, yo jugueteaba con mi mirada y las olas, como si con solo mirarlas pudiese tocarlas y dibujar sus movimientos. Era un mar tan tranquilo, me adormilaba.
Las casetas viejas de los pescadores que antiguamente salían a faenar nos enseñaban sus vestigios, recordándonos tiempos que no imaginaríamos, y mostrándonos la nostalgia de aquellos años, cuando aún servían para guardar embarcaciones. Ahora estaban allí colocadas, abandonadas, pero formando parte del encanto de aquel lugar, mimetizándose con el entorno, y colorandose de aquella tierra anaranjada...
Empezó a oscurecer y decidimos despedirnos de Sta. Eulària des Riu. El taxi nos llevaba de vuelta a nuestro hotel, me iba con el presentimiento de que algún día volvería a estar allí...y sea como sea, se hará realidad.

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