"Welcome to Ibiza, welcome to the paradise"

Este blog nace con el único objetivo de poder disfrutar con vosotros de un paraíso cercano, la isla pitiusa de Ibiza, oficialmente denominada Eivissa.
Recorreremos algunos de sus rincones y sus magníficas vistas, simplemente, un espectáculo para los sentidos, que gustosamente, nos ofrece esta isla.

sábado, 8 de enero de 2011

UNA TRISTE Y ESPERADA DESPEDIDA...

Este es un mapa dónde se muestran las principales localidades y ciudades de la isla, las playas, discotecas, carreteras y zonas de interés. Algunos lugares que ahí aparecen ya forman parte de mi propia experiencia personal y de los que activamente, formé parte. ¿Los recuerdas tú?...



Llegaba la despedida.
Las últimas horas en la isla las pasamos preocupándonos de si habíamos metido todo en las maletas y si estas no pesarían excesivamente para la vuelta a casa. Paradójicamente, la isla nos despedía con un día comparable al de nuestra llegada; el mal tiempo había terminado y el sol volvía a lucir en todo su esplendor, parecía una jugarreta del destino o tal vez, una dulce despedida.
Tras organizar todo, nos despedimos de nuestra compañera diaria, nuestra habitación; en la que habíamos pasado de todo: risas, nervios, emoción, charlas hasta altas horas, preparativos...etc. Aunque creo que lo que más echaríamos de menos sería el balcón, con aquellas preciosas vistas que lograban calmar cualquier tipo de malestar.
Bajamos a recepción para dejar la tarjeta y despedirnos, y hasta me dio pena dejar allí a los recepcionistas; que realizando su trabajo, conocerían a miles de personas en nuestra misma situación. Pero como siempre, el "yoísmo" de nuestras vidas nos impide ponernos en el pellejo ajeno, y magnificamos siempre los sentimientos que van dirigidos hacia nosotros.
Todo había cambiado, esta vez nos metimos en el bus apesadumbrados; las caras de júbilo de nuestra llegada se tornaban largas y cansadas. Era un día de sentimentalismo, jaja, es así, lo reconozco.
Llegamos al aeropuerto y me sentí más vital, puede ser porque no veía nada más que unas simples paredes, pero después de facturar y tras subir unas plantas...las vistas de ses salines traían los recuerdos de días anteriores y la morriña por aquella isla iba en aumento.
Despegamos y ni siquiera pude mirar por la ventana, prefería pensar en que pronto estaría en casa. Así fue, y tras parar nuevamente en Madrid seguimos rumbo cara Galicia.
Las montañas verdosas y los cañones del Sil nos recibían, nuestra madre Galicia nos esperaba en Santiago en unos 10 o 15 minutos. Aterrizamos y volvíamos a nuestra realidad, a nuestro entorno...recuperando nuestras vidas normales y alejándonos, inevitablemente, del paraíso que nos había arropado durante una semana... Mi paraíso, del que jamás podré olvidarme y prometiéndome a mí mismo que en él arraigaré. Te volveré a ver, IBIZA...


EL HIPPIE MARKET (PARTE 2)


¡Nervios! jaja Al fin allí; entramos. Me fui fijando en todo, como si retrocediera a mi infancia, como un niño que lo observa todo con ojos como platos. Fue una sensación espectacular; una emoción muy grande y una alegría inmensa. Me hubiera quedado horas y horas allí.
El tiempo no acompañaba; recuerdo que comenzó a llover estrepitosamente y todos nos tuvimos que resguardar bajo puestos hasta que amainara un poco. Los ríos de agua comenzaron a surgir; poco después paró de llover.
Los puestos hippies contaban con todo aquello que artesanalmente elaboraban: utensilios de todo tipo, de cerámica, barro, hierro fundido...pañuelos de todos los colores, objetos de madera... estupendos.
Pero sin duda lo que de verdad me impresionó fue la gran carpa que estaba colocada. Dentro, había en la zona central una estructura ambientada con grandes corazones y otras figuras y justo ahí, en el centro, alrededor del pilar, había gente vendiendo CD's de música típica. Sin duda me enamoró el entorno.
Poco después un grupo de gente comenzó a tocar música con instrumentos étnicos, y sonaba distinto a todo lo escuchado. La gente se agolpó para verlos y la verdad, merecía la pena.
Llegó la hora de comer y nos marchamos; me inundó un sentimiento de pesadumbre, no quería irme de ningún modo, pero volvían a caer gotas de lluvia y mejor sería coger un buen sitio para comer.
Al fin, ya sentados en un restaurante cercano y después de esperar un gran rato por nuestra comida, empezamos a comer. Una vez que ya nos íbamos a coger el bus, sentí un deseo de volver a ver el Hippie Maket, y corrí hacia allí. Lo recorrí deprisa, pero intentándome empapar de toda la energía que emanaba aquel lugar. Sin duda me enamoró...
En nuestro camino hacia el bus de regreso, sacaría mis últimas fotos... preciosas fotos que culminarían nuestra estancia en aquella isla...

EL HIPPIE MARKET (PARTE 1)

Nos despertamos con un día muy similar a los anteriores, pero este sin duda sería especial, por lo menos para mí. Visitaríamos Es Canar, cerca de Santa Eulària des Riu, donde se halla el Hippie Market.
Había ansiado que llegara ese día durante todas las vacaciones, pero no fuimos antes por un motivo: el Hippie Market solo abría unos días determinados de la semana. Así pues, cogimos fuerzas desayunando y nos dispusimos a realizar el viaje.
Una vez en Ibiza nos dirigimos a la estación de autobuses, ya que había líneas directas para ir al mercadillo hippie. Así lo hicimos; nos montamos en bus y medio adormilados fuimos todo el camino mirando el paisaje, colinas redondeadas y verdes nos daban el paso y grupitos de casitas blancas nos decían adiós. Comenzó a llover, otra vez, temiendo lo peor, cerré los ojos imaginando que pararía y lo cierto es que cuando llegamos a Es Canar comenzó a salir el sol tímidamente.
Había muchísima gente; es cierta la fama que tiene el mercadillo, muchísimos foráneos pero también mucha gente autóctona se daba cita en aquel paraje.
Decidimos seguir a la multitud y junto con las reseñas que tenía, efectivamente, encontramos la entrada del Hippie Market. Particularmente, se había cumplido un sueño.
Comenzaba a llover...

viernes, 7 de enero de 2011

CRUCERO A ES VEDRÀ


¡Nos atrevimos! Que para algo estamos en Eivissa!
Como ya dije, solo había un quiosco de ofertas abierto en aquel día de tiempo nefasto. Las casetas se situaban paralelamente a lo largo del puerto y contaban con numerosas ofertas y rutas a elegir, así como los precios informativos.
Solamente unos pocos turistas estaban a la espera de la llegada de algunos más para iniciar la travesía, tendríamos que ser un mínimo para que al barco le compensara echarse a la mar. Al fin conseguimos unirnos más y pronto embarcamos en "El Capitán Nemo".
El tiempo amainó y esperanzados, subimos hasta la parte superior del barco, donde estaban colocadas un numeroso grupo de sillas para que los turistas disfrutaran de visitas guiadas. Tuvimos que esperar a que estuviera todo a punto para iniciar la travesía, rato en el que algunas gotas comenzaron a caer, todos mirábamos al cielo, pidiendo clemencia a las nubes.
Nervios y emoción, son las dos palabras que definirían nuestra salida del puerto de Sant Antoni; dejábamos atrás la civilización para comenzar nuestro particular camino hacia Es Vedrà. Los primeros islotes aparecieron y con ellos las primeras explicaciones...a lo lejos, aparecían las místicas Es Vedrà y Es Vedranell...unas islas que magnifican los sentidos y las sensaciones.
Nuestro viaje continuó; lloviendo, amainando y así sucesivamente...hasta que por fin llegamos a las dos islas más misteriosas del archipiélago pitiuso.
Fue una sensación de realización y de tranquilidad; rodeamos la isla de Es Vedrà y nos metimos en medio de las dos, para volver al punto de partida. Fue algo distinto pero muy especial, una travesía en barco a un sitio tan interesante como ese, siempre marca (o eso pienso) un viaje. Aunque lo cierto, que todo lo vivido en esa isla mágica me marcaría para siempre.
La vuelta fue bastante movida, con mareos incluidos. El tiempo empeoró y el barco comenzaba a moverse, el agua entraba sin parar y la mayor parte de los pasajeros iban mareados o tenían miedo. Yo me incluiría en el grupo de los primeros.
Al fin llegamos, y como fin de la tarde, después de relajarnos y tomar algo, nos marchamos al hotel.
Sea como fuere...había sido un día interesante.

Aqui muestro un breve vídeo del viaje en barco, al fondo Es Vedrà y Es Vedranell.

SANT ANTONI DE PORTAMNY




¡Vuelve a llover! Parece mentira, pero en Ibiza también llueve y de qué forma. Sin duda, recuerdo que fue el día que lo hizo con más ansia y duramente. Tras planes truncados, la playa el primero, decidimos continuar el ritmo de días anteriores; esta vez el destino sería otra de las ciudades o villas más populosas de la isla: Sant Antoni de Portamny.
La primera imagen que tuvimos de esta localidad fue desde el cielo; me acuerdo cuando avistamos la isla, un cúmulo de edificios blancos formaban la ciudad. La vimos de pasada, pero fue el primer núcleo urbano que nos saludaba.
Situada un poco más cerca que Sta. Eulària de la capital ibizenca (a 15 kms, situándose la segunda a 15,4 kms), Sant Antoni se encuentra en el noroeste de la isla pitiusa.
El taxi que nos condujo hasta la ciudad nos dejó en una especie de paseo en la entrada de la misma, cuando llegamos al fondo nos encontramos con una gran rotonda donde se situaba un emblema de la localidad: el huevo de colón.
Después de mirar unas cuantas tiendas de souvenirs y cadenas cien e inspeccionar algo la villa, buscamos un restaurante para comer. Entramos en un establecimiento muy cuco y casero, con un trato exquisito y una decoración cuidada.
Terminamos de comer. Éramos los únicos clientes y parece que por ello recibimos un trato sensacional y mimoso. Sant Antoni era pequeña y habíamos visto a grandes rasgos casi todo lo que ofrecía, menos la playa, hacía un día de perros. Sin embargo, bien es sabido que en Sant Antoni se encuentra una de las mayores atracciones, el Café del Mar. Un precioso restaurante situado en el paseo marítimo en donde las puestas de sol son ya míticas. Tanto es así que existen CD's tipificados con el café-bar y donde se hace patente el estilo musical de la isla, el chill out.
Nos dirigimos al muelle donde antes habíamos visto distintas cabinas con excursiones...¡Una vez allí había una abierta pese al mal tiempo! Se trataba de un mini crucero de 3 horas que tenía como meta bordear y mostrarnos, de forma guiada, todas las islas y peñascos a lo largo de la costa ibizenca desde Sant Antoni hasta las islas de Es Vedrà y Es Vedranell.
¿Subiríamos?...

Este es uno de los temas de los que se puede disfrutar en los CD's de música inspirados en el populoso Café del Mar ibizenco. Disfrutadlo.

DALT VILA


1- El revellín (es revellí).
2- El edificio del Reial Curia; institución que alvergaba en el medievo el equivalente actual de tribunales o notaría.
3- Las murallas medievales.
4- El castillo y la Almudaina.
5-La Catedral de Ibiza.
6- El Museo arqueológico de Dalt Vila.
7- Capilla de San Ciríaco.
8- Antiguo seminario diocesano.
9- Ayuntamiento de Ibiza e Iglesia de San Francisco.
10- Museo de Arte Contemporánea (en el Baluard de Sant Joan).
11- Portal de ses Taules (entrada también llamada El Rastrillo).
12- Es Soto Fosc.
13- El Convent.
14- Es Polvorí.

A- Baluard de Santa Llúcia (Lucía).
B- Baluard de Santa Tecla (Teresa).
C- Baluard de Sant Bernat (Bernardo).
D- Baluard de Sant Jordi (Jorge).
E- Baluard de Sant Jaume (Jaime).
F- Baluard des Portal Nou (Puerta Nueva).
G- Baluard de Sant Joan (Juan).


UNA DESPEDIDA CON MORRIÑA... (PARTE 2)


Entramos en Dalt Vila, con más entusiasmo que nunca. Sabíamos lo que nos encontraríamos y nos alegrábamos de ello.
Era como volver días atrás, recorrer aquellas pequeñas blancas calles y la amabilidad de los habitantes y personas que allí trabajaban. Me envolvió un pequeño sentimiento nostálgico que me entristeció un poco, pero que cada vez se hacía más intenso; era consciente de que no volveríamos a la ciudad y, de una u otra forma,sabía que era la despedida.
Quisimos volver a disfrutar de las vistas desde las murallas del Dalt Vila, esta vez con un día nublado y que amenazaba lluvia. Subimos hasta el baluard de Sant Jordi, como días atrás y la imagen era bellísima, veíamos Platja d'en Bossa al atardecer y por detrás se podía avistar partes del parque natural de ses Salines.
Mi mente voló y me olvidé de todo el alrededor, me imaginaba allí, en Ibiza, unos años más tarde, con mi vida organizada. Ese fue el momento en el que lo desee, y a partir de entonces vivo con ese sueño.
Después de un rato, bajamos hasta nuestra obligada parada, la Plaça del Sol, como ya habíamos prometido. Comenzó a llover y decidimos resguardarnos en las carpas del bar que ocupaban la plaza, allí y a modo de despedida, brindamos por nuestras vacaciones.
Mientras no paraba de llover disfrutamos de las maravillosas vistas desde aquellas alturas, sin duda, Ibiza es un regalo para los sentidos.
"Nunca chove que non escampe" y acertando el refranero gallego, paró de llover. Bajamos y salimos de Dalt Vila, casi era hora de cenar y comenzaba a oscurecer.
¡Al Hotel Don Toni, por favor!